Estoy muy pero muy feliz, siempre pensé que en mi primer aniversario de boda la iba a pasar bien, pero no imaginé que tanto, gracias a Dios por el esposo y la madre que me ha regalado, los amo muchísimo
Empezando con el relato, mi dia empezó muy bien, un romántico despertar junto a mi querido esposo y un desayuno muy especial, prometían un resto de dia interesante; tal vez por cosas de Dios o no sé, mi esposo amaneció ayer algo enfermo, pasó la noche con fiebre por una gripe que tenía y en la mañana lo llevé al médico quien le dio unas medicinas y le puso tres dias de incapacidad, asi que ni ayer ni hoy hubo trabajo, que alegría, además de su rápida mejoría, ayer tuvimos tiempo de hacer las compras para hoy, entonces tuvimos este dia libre para nosotros.
Luego un rico almuerzo hecho por mi mami y ya en la tarde, a eso de las 6, empezó nuestra celebración en serio, colocamos la deliciosa torta que compramos en el supermercado en la mesa, prendimos las velitas, hicimos una oración de acción de gracias a Dios por este año que nos regaló y juntos cantamos una canción de agradecimiento.
En mis planes siempre estuvo el romanticismo y algo para dos, pero compartir nuestra felicidad de este dia con mi mamá fue muy bonito, ya que para mi era un sueño hecho realidad, pues durante todo mi noviazgo y hasta unos cuantos dias antes de casarme, mi mamá se oponía a mi relación, pienso yo, que era como por miedo a perderme, ya que soy su única hija, pero eso me entristecía mucho y me hacía dudar algunas veces de tomar ese paso tan importante; pero esta noche me di cuenta que no me equivoqué, y que en este caso darle la razón al corazón fue lo mejor, y creo que mi mamá lo entendió.
Como en mi país el invierno y las lluvias están haciendo de las suyas, tuvimos aquí en santa marta una navidad pasada por mucha agua, no paró de llover toda la noche, así que eso cambió nuestros planes de ir a la playa a tomarnos un vino al aire libre después de ir a un buen lugar a tomar la cena. Entonces decidimos ir a comer los tres y no la pasamos nada mal.
Llegar al sitio fue algo complicado ya que los taxis estaban muy escasos pero llegamos, comimos una super super cena (aunque creo que comimos demasiado), como lo ameritaba la ocasión y compartimos un rato muy agradable, siento que mi objetivo se cumplió.
Cuando llegamos a casa, mi esposo y yo nos terminamos la botella de vino que habíamos comprado, y ya solos no dimos gracias por este año de felicidad.
Quise compartir mi relato porque quiero muchas personas se den cuenta que lo importante de una celebración no es la pomposidad de la fiesta, ni la gran cantidad de invitados y los regalos que te puedan dar, el secreto está siempre en que estés junto a los seres que amas, que entiendas el verdadero valor de la familia y que eres un privilegiado por lo que tienes, aunque no sea de alto precio para los estándares de elegancia del mundo, que para ti si lo sea, si somos siempre agradecidos y administramos bien lo que tenemos, nunca tendremos que anhelar las cosas que no tenemos y seremos realmente felices.
Ayer el señor del taxi en que iba me preguntó qué le había pedido de regalo al niño Dios, yo le contesté que nada en especial, el me respondió que el que no pide nada es porque todo lo tiene, yo le dije que tal vez; y me quedé en silencio, meditando en lo que acababa de decir, y me pregunté ¿en realidad lo tengo todo?, claro que sí, y no es porque mis cuentas bancarias estén a punto de colapsar, es porque en realidad soy muy feliz con lo que tengo y por eso no me queda tiempo de mortificarme pensando en lo que no tengo, aunque siempre trabajando en aras de conseguir un futuro mejor, pero sin afán y con mucha paciencia y empeño, sin el estrés del mundo consumista, y lo mas importante teniendo a Dios primero en todas las cosas y en el corazón.
